Hoy quiero hablarte de algo que afecta directamente a nuestra salud: los aceites vegetales refinados que puede que usemos diariamente en la cocina y cómo pueden ser mucho más dañinos de lo que imaginamos.
El enemigo silencioso en la cocina ¿Sabías que los aceites de semillas como el de girasol, canola, soja y maíz pueden ser tan perjudiciales que generan más muertes que el azúcar?
A pesar de lo que nos dicen las etiquetas sobre ser ricos en omega-6 y sin grasas trans, estos aceites son muy inflamatorios y se descomponen fácilmente cuando cocinamos con ellos. ¡Incluso se ha encontrado que pueden dejar nuestro cuerpo envenenado hasta por tres años después de consumirlos! Y lo peor: estos aceites estaban destinados para usos industriales, no para el consumo humano.
¿Por qué estos aceites son tan dañinos?
Inflamación crónica: Las grasas poliinsaturadas omega-6 que contienen son altamente inflamatorias y pueden romper la barrera intestinal, desequilibrando todo tu sistema.
Compuestos tóxicos al cocinar: Al calentar estos aceites, se generan toxinas que dañan tus órganos, incluidas las arterias, las mitocondrias y hasta tu hígado.
Utilización en alimentos procesados: Estos aceites no solo están en la cocina, también los encuentras escondidos en alimentos ultraprocesados como papas fritas, donas, aderezos y muchos otros.
Opciones más saludables para cocinar Afortunadamente, hay alternativas más seguras que podemos utilizar en lugar de estos aceites vegetales refinados:
Aceite de aguacate virgen y aceite de oliva virgen: Ambos son más estables a altas temperaturas y tienen una proporción de grasas saludables que ayudan a desinflamar tu cuerpo y mejorar la salud cardiovascular.
Mantequilla clarificada (ghee): Aunque contiene grasas saturadas, es rica en antioxidantes y tiene propiedades antiinflamatorias. Sin embargo, es recomendable usarla con moderación.
La recomendación final es que eliminemos los aceites refinados de nuestra dieta y optemos por cocinar con pequeñas cantidades de aceites virgen extra. Si no podemos evitar fritar, usemos una freidora de aire, y si usamos aceites, que sean en crudo y en pequeñas dosis para preservar sus beneficios.
¡Nuestro cuerpo nos lo agradecerá!
Gracias por leer y cuidar tu salud.
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Con energía y bienestar.
Pilar